sábado, 12 de diciembre de 2009


Al inicio fue un nombre: Elisa
Después el agolpamiento de imágenes: la madama, la libre, la atada, la que escapó del matrimonio, la que cabalgaba, la de las carcajadas, la del piano a cuestas durante toda la guerra, la odiada, la envidiada, la altiva, la sombría, la que enterró con sus manos a la misma muerte...
Lo siguiente fue la búsqueda de fotos, pinturas que muestren de una, esos elementos. La búsqueda de la síntesis poética en un movimiento, en otro y en otro, hasta lograr una secuencia con códigos precisos de inicio y de fin.
Después repetir, infinidad de veces repetir la serie de códigos para expresar ESO que no se busca actuar, sino que SEA
De a poco, lo que cada uno construyó fue encontrándose con la construcción del otro, de repente, hubo que crear colectivamente, recuperando símbolos que hacen a la guerra, a nuestra historia, a nuestros antepasados, llevando esos símbolos a movimientos, haciendo nacer ESE ALGO que es mezcla de danza y teatro, o que no es precisamente ninguna de las dos cosas, pero se mueve y con-mueve desde lo irruptivo, desde lo absurdo
En este andar y desandar acciones, a veces la mirada de una compañera, de un compañero y la opinión acerca de como se ve lo que una cree estar haciendo, a cada rato, la mirada del maestro y su propuesta de ir más allá... ahí donde más cuesta, donde el cuerpo entra en conflicto, donde aparecen las oposiciones y algún que otro dolor, que con el tiempo va transformándose en energía y alimento para la acción.
Ahora, a pocos días de abrir el movimiento a la gente, seguimos cambiando, seguimos buscando, precisando, encontrando algunas pequeñas seguridades y preguntándonos, ¿cuáles serán los giros que traerá el estar con el público?, ¿cómo será este paseo por cenizas?


Tesa Rivarola

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